martes, 24 de enero de 2012

Los nominados a los premios Oscar 2012


Los premios de la Academia estadounidense se entregan por octogésimo cuarta vez el próximo 26 de febrero. Estos son los principales nominados:

Mejor película

- The Artist de Michel Hazanavicius.


- The Descendants de Alexander Payne

- Moneyball de Bennett Miller

- Midnight in Paris de Woody Allen

- The Tree of Life de Terrence Malick

- The Help de Tate Taylor

- Hugo de Martin Scorsese

- Extremely Loud and Incredibly Close de Stephen Daldry

- War Horse de Steven Spielberg

Mejor actor

- Demian Bichir (A Better Life)

- George Clooney (The Descendants)

- Jean Dujardin (The Artist)

- Gary Oldman (Tinker Tailor Soldier Spy)

- Brad Pitt (Moneyball)

Mejor actriz

- Glenn Close (Albert Nobbs)

- Viola Davis (The Help)

- Rooney Mara (The Girl with the Dragon Tattoo)

- Meryl Streep (The Iron Lady)

- Michelle Williams (My Week with Marilyn)

Mejor director

- Michel Hazanavicius (The Artist)

- Alexander Payne (The Descendants)

- Martin Scorsese (Hugo)

- Woody Allen (Midnight in Paris)

- Terrence Malick (The Tree of Life)

Mejor actor secundario

- Kenneth Branagh (My Week with Marilyn)

- Jonah Hill (Moneyball)

- Nick Nolte (Warrior)

- Christopher Plummer (Beginners)


- Max Von Sydow (Extremely Loud and Incredibly Close)

Mejor actriz secundaria

- Bérénice Bejo (The Artist)

- Jessica Chastain (The Help)

- Melissa McCarthy (Bridesmaids)

- Janet McTeer (Albert Nobbs)

- Octavia Spencer (The Help)

Mejor guión original

- Michael Hazanavicius (The Artist)

- Kristen Wiig y Annie Mumolo (Bridesmaids)

- J.C. Chandor (Margin Call)

- Woody Allen (Midnight in Paris)

- Asghar Farhadi (Nader and Simin: A Separation)


Mejor guión adaptado

- Nat Faxon, Alexander Payne, Jim Rash (The Descendants)

- John Logan (Hugo)

- George Clooney y Grant Heslov (The Ides of March)

- Aaron Sorkin y Steven Zaillian (Moneyball)

- Bridget O'Connor, Peter Straughan (Tinker Tailor Soldier Spy)

Mejor película animada

- Une vie de chat (A Cat in Paris) de Jean-Loup Felicioli


- Chico & Rita de Fernando Trueba

- Kung Fu Panda 2 de Jennifer Yuh Nelson

- Puss in Boots de Chris Miller

- Rango de Gore Verbinski

Mejor película extranjera

- Rundskop (Bullhead, Bélgica) de Michaël R. Roskam

- Monsieur Lazhar (Canadá) de Philippe Falardeau


- Nader and Simin: A Separation (Irán) de Asghar Farhadi

- Footnote (Israel) de Joseph Cedar

- In Darkness (Polonia) de Agnieszka Holland


Mejor fotografía

- The Artist

- The Girl with the Dragon Tattoo

- Hugo

- The Tree of Life

- War Horse

Mejor banda sonora

- The Adventures of Tintin

The Artist

- Hugo

- Tinker Tailor Soldier Spy

War Horse

Mejor canción

- The Muppets

- Rio

Mejor montaje

The Artist

- The Descendants

- Hugo

The Girl with the Dragon Tattoo

- Moneyball

Mejor dirección artística

The Artist

- Harry Potter and the Deathly Hallows Part 2

- Hugo

- Midnight in Paris

War Horse

Mejor vestuario

- Anonymous


The Artist

- Hugo

- Jane Eyre

- W. E.


Mejor maquillaje

- Albert Nobbs

- Harry Potter and the Deathly Hallows Part 2

- The Iron Lady

Mejores efectos especiales

- Harry Potter and the Deathly Hallows Part 2

- Hugo

- Real Steel

- Rise of the Planet of the Apes

- Transformers 3: Dark of the Moon

Mejor sonido

The Girl with the Dragon Tattoo

- Hugo

- Moneyball

Transformers 3: Dark of the Moon

War Horse

Mejor montaje de sonido

- Drive

The Girl with the Dragon Tattoo

- Hugo

Transformers 3: Dark of the Moon

War Horse

Mejor película documental

- Hell and Back Again de Danfung Dennis

- If a Tree Falls: A Story of the Earth Liberation Front de Marshall Curry

- Paradise Lost 3: Purgatory de Bruce Sinofsky y Joe Berlinger

- Pina de Wim Wenders

- The Undefeated de Stephen K. Bannon

Mejor cortometraje de ficción

- Pentecost de Peter McDonald

- Raju de Sanjeev Sankhalpara

- The Shore de Terry George


- Time Freak de Andrew Bowler

- Tuba Atlantic de Hallvar Witzø

Mejor cortometraje animado

- Dimanche/Sunday de Patrick Doyon

- The Fantastic Flying Books of Mrs. Morris Lesmore de William Joyce y Brandon Oldenburg

- La Luna de Enrico Casarosa

- A Morning Stroll de Grant Orchard

- Wild Life de Amanda Forbis y Wendy Tilby


Mejor cortometraje documental

- The Barber of Birmingham: Foot Soldier of the Civil Rights Movement de Robin Fryday

- God Is the Bigger Elvis de Rebecca Cammisa y Julie Anderson

- Incident in New Baghdad de James Spione

- Saving Face de Daniel Junge y Sharmeen Obaid-Chinoy

- The Tsunami and the Cherry Blossom (Tsunami Soshite Sakura) de Lucy Walker


domingo, 22 de enero de 2012

Sobre la música ambiental



La existencia de una "música de ambiente", desde el ya antiguo piano de restaurante, como el que toca aún Enrique Chia, hasta el más actual chill out, se debe a la necesidad, ya expresada en el Banquete de Platón, de una música que no llame mucho la atención mientras uno se concentra en otras actividades, tales como comer y beber o, sobre todo, discutir argumentativamente (como en el Banquete de Platón). Más aún cuando cantar, tararear o silbar en la mesa atentaría contra las buenas costumbres (Manual de Carreño dixit). Es que lo que se escucha es muy invasivo; quizá no tanto como el olfato, pero ciertamente más que la vista, como lo dejó por sentado el pobre de Kant, quejándose porque la música de una prisión vecina no lo dejaba concentrarse. Incluso si uno la desatiende, la música nos invade subrepticiamente y de pronto nos encontramos marcando el ritmo con el pie en el suelo. Qué se puede hacer si no somos dueños de nosotros mismos (ni siquiera de nuestra voluntad). Lo preconsciente siempre asoma con mayor fuerza y rapidez que lo consciente, y de nada nos sirve ser expertos en multitasking. Nuestra conciencia actúa a traición y no hay vuelta que darle. Es más, en ese rango de contingencia y arbitrariedad absolutamente imprevisibles radica el fundamento de la libertad humana. Pero volvamos a la música. La necesidad de una suerte de banda sonora en nuestras vidas, a veces más intensa y notoria que en otras ocasiones, es algo perfectamente natural. La memoria también hace lo suyo: recuerdo, por ejemplo, la música que escuchaba en el jardín de infantes, la que se ponían a bailar mis abuelos, la de mi fiesta de graduación, la que escuchaba en mi viejo walkman... Y no recuerdo, en cambio, la música que escuchaba ayer en un ómnibus de Lima, a pesar de que estoy absolutamente seguro de haber escuchado alguna. (Me parece que eso es lo que Husserl llama recuerdo vacío.) En el cine requerimos igualmente una música que acompañe la acción dramática, que complemente a nuestra percepción visual y al lenguaje verbal, y de preferencia que no lo haga de un modo muy evidente, porque la música puede ser casi como un personaje pero lo central no deja de ser la historia misma. Por su parte, John Cage apelaba a expandir nuestra atención auditiva; ¿o acaso no formó parte de mi percepción musical esa molesta tonada de Nokia que irrumpió junto a unos tosidos y al sonido de mi respiración agitada mientras escuchaba el magnífico Cuarteto en la menor para piano y cuerdas de Mahler, o los gritos en el concierto de Pearl Jam?

En fin... el punto era que la existencia de una "música de ambiente", o, como también se dice aunque de un modo menos atinado, una "música de ascensor", es entendible por la naturaleza misma de nuestra conciencia y de nuestra capacidad atencional que se mueven en distintos niveles. No obstante, al contrario de lo que supone nuestro naturalismo y de lo que por fines comerciales nos hacen creer los productores de chill out, esto no es prerrogativa de un tipo específico de música, del mismo modo como no sólo este tipo de música sirve para relajarse (de hecho, a mí me enerva sobremanera). Si usted ha estado escuchando la música del inicio mientras leía estas líneas, comprenderá cómo puedo escuchar a Slayer o a Cannibal Corpse sin problemas cuando estoy leyendo la Metafísica de Aristóteles o la Crítica de la razón pura de Kant. Si no ha podido hacerlo, también. Porque a mí no me distraen, sino que, al contrario, me enfoco mejor en lo que debo leer atentamente. (De igual modo, no hay para mí nada mejor que escuchar a Manowar o a Judas Priest cuando necesito relajarme.) Con esto quiero decir que, a pesar de ciertos factores facilitadores como el que sea una música sin sobresaltos, que no tenga letra, o que no nos sea muy familiar, entre otros, se trata de una cuestión más subjetiva y natural de lo que pensamos esto de enfocar y desenfocar la música y el resto de sonidos que escuchamos cotidianamente.

Ahora bien, ningún músico que se precie hace su música para que no se le atienda, menos aún si pretende ser desafiante con su auditorio. Por eso, y además por el evidente menosprecio artístico y económico, resulta más que comprensible la molestia del músico que habría contestado una propuesta comercial de un correo electrónico que está siendo muy difundido en las redes sociales. La propuesta es la que sigue:
Junto con saludarte, te cuento que somos un local nuevo y pequeño dedicado al rubro gastronómico con interés en la música y su difusión. Te queremos ofrecer nuestro espacio para que promuevas tu trabajo y tus cd’s a través de tu música y tu Bajo, eso sí más bien smooth jazz y música más ambiental y suave para que la gente pueda a la vez comer…, siempre manejamos una muy buena cantidad de público con los cuales podrás promover tu música... Si luego de algunas visitas vemos que la acogida es buena estamos en condiciones de ofrecerte un arreglo económico muy atractivo para que vengas cada cierto tiempo a nuestro local a deleitar nuestros oídos…
A lo que el músico responde:
Junto con saludarte, te cuento que soy un músico experimentado con una casa muy grande con interés en las artes culinarias y su difusión. Te quiero ofrecer mi espacio para que promuevas tu trabajo y tu restaurant a través de tus platos, eso sí más bien cocktail y platos livianos para que mis invitados puedan a la vez escuchar música en mi casa…, siempre tengo una buena cantidad de invitados con los cuales podrás promover tu comida y tu restaurant. Si luego de algunas visitas veo que la acogida es buena estoy en condiciones de ofrecerte un arreglo económico para que vengas cada cierto tiempo a mi casa a deleitar nuestros paladares…



El éxito de esta correspondencia, independientemente de si es real o no, se debe a la explicitación del prejuicio y del menosprecio, contraponiendo una oferta con la otra exactamente en los mismos términos. Si bien es cierto que muy improbablemente los comensales de un restaurante cualquiera estén muy animados por escuchar música como la de Ligeti mientras cenan, también podría ocurrir que no les llame la atención en absoluto. De todos modos, el artista hace bien en exigir respeto y un poco más de atención, al menos, que la que se le presta a un plato de comida (o a un blog de filosofía).

viernes, 20 de enero de 2012

Logicomix: Una búsqueda épica de la verdad (por Bertrand Russell)




Los griegos Apostolos Doxiadis y Christos Papadimitriou son los creadores de Logicomix: Una búsqueda épica de la verdad, novela gráfica que aborda el período más crítico (intelectualmente épico) en la historia de las matemáticas, aquél en que se destrozan sus viejos fundamentos positivistas y se buscan unos nuevos. Pero, como ni el intelecto ni las matemáticas están separadas de la vida cotidiana, tal búsqueda está inscrita en el curso de la vida de Bertrand Russell, su personaje principal que aparece desde pequeño, y en el período que cubre las dos Guerras Mundiales.


La historia comienza cuando Russell se dispone a dar una conferencia sobre la lógica y la guerra en una universidad estadounidense, al inicio de la Segunda Guerra Mundial (cuando los Estados Unidos no participaban). Allí empieza esta suerte de biografía intelectual suya en la que aparecen los más importantes matemáticos y lógicos de fines del siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX. Allí están Gottlob Frege, Henri Poincaré, Ludwig Wittgenstein, David Hilbert y Kurt Gödel, entre otros.


Desde luego que la historia presenta caracteres exagerados, por la naturaleza misma del cómic, y una buena dosis de ficción, pero se basa en hechos y testimonios reales, como el que dio realmente Russell de su encuentro con el joven Wittgenstein. La novela gráfica alterna además estos pasajes con otros que hacen referencia a los autores mismos en el proceso de creación de la historia; recurso que aprovechan para señalar cuándo están colocando datos ficticios en labios de Russell, así como para resaltar astutamente la dificultad de su propia tarea.


Lo interesante con Logicomix es que se trata de la primera historia gráfica con tan alto nivel conceptual. El manga de Zaratustra, que sacó recientemente la editorial Herder a propósito de la obra fundamental de Friedrich Nietzsche, resultó decepcionante en este punto por sus simplismos. Mientras que otros cómics como Action Philosophers! son muy generales y no pretenden ser mucho más que tiras cómicas. Logicomix, en cambio, tiene suficiente nivel para que se le considere seriamente como una herramienta educativa acorde con nuestros tiempos y con muy buenos gráficos (algo esencial en este formato).




Existe una edición española traducida por Julia Osuna y publicada en 2011 por la editorial Sins Entido. Se puede acceder aquí a la página Web de Logicomix, y aquí a la página Web de la editorial Sins Entido.



miércoles, 18 de enero de 2012

Francisco Pulgar Vidal (1929-2012)


Ha fallecido ayer, 17 de enero, el compositor huanuqueño Francisco Pulgar Vidal.

Mientras cursaba estudios de literatura y de derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, carreras en las que se doctoró, Pulgar Vidal fue seducido por la música, principalmente a través del violín, el piano y el fagot. Al final, pudo más la música que, por entonces y en estos lares, buscaba armonizar las raíces andinas con las nuevas tendencias en la composición musical. Habiendo estudiado teoría y solfeo con Carlos Sánchez Málaga, decidió luego estudiar composición con Andrés Sas, folclorista francés radicado en el Perú, e inició así su larga carrera de compositor que, tras cincuenta años, se cerró públicamente en el 2009, con el estreno de Intensidad y altura, música coral inspirada en el homónimo soneto de César Vallejo, cuyo texto es el que sigue:

Quiero escribir, pero me sale espuma,
quiero decir muchísimo y me atollo;
no hay cifra hablada que no sea suma,
no hay pirámide escrita, sin cogollo.

Quiero escribir, pero me siento puma;
quiero laurearme, pero me encebollo.
No hay toz hablada, que no llegue a bruma,
no hay dios ni hijo de dios, sin desarrollo.

Vámonos, pues, por eso, a comer yerba,
carne de llanto, fruta de gemido,
nuestra alma melancólica en conserva.

Vámonos! Vámonos! Estoy herido;
vámonos a beber lo ya bebido,
vámonos, cuervo, a fecundar tu cuerva.

Vallejo era un viejo conocido suyo, al que, a sus 80 años, decía no tenerle ya miedo. Había compuesto en 1990 una serie de diez Vallejianas y, en 1960, había musicalizado Paco Yunque.

Francisco Pulgar Vidal, Edgar Valcarcel, Olga Pozzi-Escot, César Bolaños (1957).

El trabajo de Pulgar Vidal, como él mismo afirmaba, no era tan técnico como intuitivo. Sin embargo, sus obras están cargadas precisamente de intensidad y de altura. Su dominio en la unión de temas folclóricos con arreglos académicos se puede apreciar en su imponente versión de El cóndor pasa, de Daniel Alomía Robles.



A pesar de ello, su trabajo vanguardista, como el de sus compañeros, ha merecido elogios en el extranjero pero un desconocimiento casi total en el Perú. Luego de seguir estudios de dodecafonía en Colombia, se unió a la que luego sería denominada como la "Generación del 50", para renovar la música académica peruana, encasillada en las piezas más recurrentes del Romanticismo. Sin embargo, su obra más popular fue aquella que lo ha ligado por siempre a su tierra natal: Negritos de Huánuco.




C. Bolaños, L. La Rosa, F. Pulgar Vidal y E. Valcárcel.

Según Edgar Valcárcel, su composición más lograda es su cantata Apu Inqa (para recitador, soprano, coro mixto y orquesta): "La majestuosa presencia del Apu Inqa, obra maestra de la música peruana contemporánea, nos habla de un creador con una visión de futuro sin despegarse de sus lazos ancestrales. En ella se advierte la riqueza rítmica y armónica que hacen de sus 15 estructuras una obra madura dentro del manejo de las técnicas de composición del siglo XX". Esta obra le valió, en 1971, ganar el Premio Nacional de Composición por el Sesquicentenario de la Independencia del Perú.



Como corresponde a los movimientos de vanguardia en el arte moderno, Pulgar Vidal y sus compañeros comprendieron la necesidad de desarrollar no sólo la música, sino también la crítica musical. Por ello publicaron entre 1952 y 1954 la revista Témpora, en la que además colaboraron otros amigos suyos como los poetas Carlos Germán Belli y Arturo Corcuera. Lamentablemente, como todas las empresas editoriales de relevancia intelectual en nuestro país, dicha revista tuvo corta vida.

César Bolaños, Enrique Iturriaga, Francisco Pulgar Vidal, Luis Antonio
Meza, Edgar Valcárcel y Celso Garrido-Lecca.

Y la vida le quedó corta también al maestro Pulgar Vidal, que no llegó a ver estrenadas ni publicadas todas sus obras, tal como deseaba. Es triste, ciertamente, que prácticamente no haya grabaciones de calidad con su música y la de sus compañeros, y es no menos significativo que la mejor compilación, aquella que justamente los denominó como "Generación del 50" en 1980, haya sido publicada por el Goethe Institut. Ya casi nadie recuerda tampoco los libros que Pulgar Vidal editó en 1960 para la enseñanza de la música en las escuelas, los mismos que fueron utilizados por más de dos décadas. Ahora, en cambio, ya casi no existe educación musical más que en algunas pocas escuelas. A pesar de todo, quizá podamos poner manos a las obra para recuperar lo que significó la vanguardia musical en el Perú y, de ese modo, observar también con mayor claridad lo por venir. Los músicos electrónicos debieran ser los primeros interesados.