sábado, 15 de marzo de 2014

La temporada 2014 del Teatro Municipal de Santiago

 
 
Después del incendio de noviembre pasado que obligase a suspender, reprogramar o cambiar de locación a las obras pendientes de su temporada anual, el Teatro Municipal de Santiago de Chile ha reabierto sus puertas, dando inicio a su temporada 2014 con la primera y la última de las sinfonías de Beethoven. El ciclo sinfónico de este año ha sido precisamente dedicado al genio alemán, de quien se interpretarán todas sus sinfonías, junto a otras obras de Mahler, Haydn, Mozart, Richard Strauss, Borodin, Rachmaninoff, Tchaikovsky y Stravinsky. Del primero se ejecutará su Sinfonía Nº 2 "Resurrección"; del último, su Sinfonía de los Salmos, elogiada por Heidegger. Además, con acertado nacionalismo por parte de la dirección musical del teatro, siete de los diez conciertos iniciarán con obras de compositores chilenos: Alto en el desierto, estreno mundial de Juan Manuel Quinteros; Geografía del desastre, de Sebastián Errázuriz; Andante para cuerdas, de Alfonso Leng; Obertura de la ópera La Cenicienta, de Jorge Peña; Estudios emocionales, de Roberto Falabella; Suite al sur del mundo, de Guillermo Rifo; y Suite latinoamericana (selecciones), de Luis Advis.
 


El ciclo de óperas iniciará con Katia Kabanova (1921), de Leoš Janáček. Es una historia trágica, escenificada por el cineasta Pablo Larraín y acompañada de una música imponente, sobre la lucha de una mujer por su liberación de una sociedad matriarcal que hunde a su amor en el pecado y la culpa. No menos trágico es el personaje de su amante, al que no oculta y que, a diferencia de su esposo, es capaz de comprenderla pero siendo igualmente incapaz de poder liberarla. En esa soledad radical, tiene lugar un monólogo de Katia que se ha vuelto una de las escenas más memorables de la ópera del siglo pasado. También destaca en este ciclo Lakmé (1883), de Léo Delibes, que es la historia de una bella sacerdotisa del dios Brahma en la India colonial, que, enamorada de un oficial inglés, asume su propio sacrificio para salvar a su amor. Se trata de dos tragedias con sentidos distintos, pero cuyo centro en ambas es una mujer y la imposibilidad de la libertad. Completan el ciclo: Los puritanos, de Bellini; Otello, de Verdi; Turandot, de Puccini; y La flauta mágica, de Mozart.
 

 
Por su parte, la compañía de ballet, que fue de las más afectadas por el incendio, ofrece la reposición del exitoso Zorba, el griego, de Mikis Theodorakis y Lorca Massine; además de Giselle, ese clásico romántico de Adolphe Adam en la versión coreográfica de Ivan Nagy y Marilyn Burr; Peer Gynt, de Edvard Grieg con coreografía de Ben Stevenson; El joven y la muerte, coreografía de Ronald Petit sobre una historia de Jean Cocteau y con música de J. S. Bach; La dama y el bufón, coreografía de John Cranko con música de Verdi; y un Festival de Coreógrafos en el que destacan el Bolero de Ravel, en versión de Maurice Béjart, y La siesta del fauno, de Claude Debussy con coreografía de Isabel Croxatto en estreno mundial.
 

  
El programa completo está disponible aquí.