viernes, 2 de diciembre de 2011

Género musical y tipos de personalidad (untying the tied)



El trabajo científico avanza fundamentalmente sobre la base de las síntesis que los científicos realizan. Todos los datos de la percepción se ofrecen al entendimiento a través de numerosas síntesis, la mayoría de ellas indeterminables. Y una hipótesis es una síntesis que debe ser comprobada a través de la experiencia (con otra síntesis), asociando experiencias repetidas (síntesis a su vez), en busca de una regularidad que pueda ser tenida por objetiva. El problema está, como afirmaba Platón, cuando se separa lo que debe permanecer unido y cuando se une lo que debe permanecer separado. Por ello es necesaria la crítica (κρὶνω), el discernimiento que le es constitutivo a la filosofía.

El psicólogo Adrian North, de la Heriot-Watt University de Edinburgo, Escocia, ha llevado adelante una investigación* para determinar el vínculo entre preferencias de estilos musicales y tipos de personalidad. Su base es la encuesta que ha aplicado en tres años a unas 36 mil personas en más de 60 países. Entre sus resultados destaca que:

  • Tienen alta autoestima los fans del blues, del jazz, de la música académica (clásica), del rap, de la ópera, del reggae, del chart pop y del soul. Tienen baja autoestima, en cambio, los fans de la música indie, del rock y del heavy metal.
  • Son creativos los fans del blues, del jazz, de la música académica, de la ópera, del reggae, del dance, de la música indie, del rock, del heavy metal y del soul. No lo son los fans del chart pop.
  • Son trabajadores los fans del country, del western y del chart pop, pero no los fans del reggae, de la música indie, del rock ni del heavy metal.
  • Y por algunos otros motivos desconocidos los fans del blues, del soul y del reggae serían extravertidos, amables y desenvueltos; los del jazz sólo extravertidos y desenvueltos, mientras que los de música académica serían intravertidos y desenvueltos. Los fans del rap serían sólo extravertidos, como los del country y del western, y los de ópera sólo amables. Por su parte, los fans del dance serían extravertidos mas no amables, y a quienes les gusta escuchar música indie tampoco serían amables. Los que escuchan chart pop son extravertidos y amables pero no desenvueltos. Y los fans del rock y del heavy metal no son extravertidos, pero sí amables y desenvueltos.

North acierta cuando observa que, popularmente, "teníamos el sentido de que la gente selecciona gustos en estilos musicales que encajan con sus propias personalidades". El problema es que North cree que tanto la constitución de la personalidad como esa "selección" es diáfana y fácilmente objetivable; algo que no puede ser así desde el hecho mismo de escapar la atención, las asociaciones y la memoria involucradas al dominio de lo estrictamente consciente y también al de la voluntad. Lo que se va uniendo en la historia personal desde los seis meses de embarazo, que es cuando se empieza a escuchar sonidos, no puede ser separado de esta manera.

Por otro lado, el enfoque estadístico es meramente aproximativo. Esto significa que no debe de perderse de vista su generalidad. Aun cuando su tasa de predictibilidad pudiera ser alta, como en las encuestas electorales, eso en nada supera sus dos principales limitaciones: la primera, que ellas no pueden contener eficazmente lo que es materia de deliberación, por cuanto objetivan y simplifican opiniones a las que, además, desproveen de crítica, es decir, de discernimiento; y, la segunda, que trasladan lo que corresponde al orden fenoménico de la conciencia subjetiva al mero consenso (a la "psicología social"); esto es, a la casualidad de los apareceres, carente igualmente de discernimiento. Lo primero hace que lo que la prensa llama "opinión pública" no sea tal; no al menos en el sentido en que Aristóteles concebía la deliberación pública. Lo segundo es lo que se da detrás de los prejuicios que inundan las investigaciones pseudocientíficas.

Adrian North ha señalado que le interesa descubrir por qué la música es una parte tan importante en la identidad de las personas, pero su investigación no desarrolla análisis alguno de la constitución de la identidad, sino que la entifica en determinados tipos psicológicos, que están además dudosamente caracterizados. Afirma que "no sabíamos con detalle cómo la música está conectada con la identidad". Después de su investigación, seguimos sin saberlo. Evidentemente hay una relación entre los gustos y la personalidad, pero las dos únicas cosas que pueden ser determinadas a ese respecto son: 1) la relación entre libertad escéptica y amplitud del gusto, y 2) que esa relación se da por cuanto la música que se acostumbra escuchar se sedimenta en la memoria de manera conjunta a la constitución del yo, pero incluso desde instancias pre-egológicas y pre-conscientes. Las relaciones planas y directas, presuntamente apodícticas, que North plantea, son imposibles de determinar. Y además de imposible es innecesario e indeseable.

Me temo que el señor North ha perdido tres años y probablemente siga perdiendo otros tantos en una investigación desencaminada. El psicologismo tendrá éxito en los dominios inmediatos de la prensa, mas no en los más duraderos del pensamiento y de la comprensión acertada de la percepción musical.




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* North, Adrian C. y D. J. Hargreaves, The social and applied psychology of music, Oxford: Oxford University Press, 2008. North, Adrian C., L. Desborough y L. Skarstein, "Musical preference, deviance, and attitudes towards celebrities", en: Personality and Individual Differences, Vol. 38, 2005, pp. 1903-1914.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo aveces los cientificos sociales hacen abuso, mal interpretan, mal usan la estadistica, este es un ejm.

    Algo ineteresnte para ser investigador uno\a tiene que ser creativo y para ser creativo a que tener cierto gusto, gusto para valorar las cosas nuevas, ?para tener ese gusto habria que escuhar Buena musica? , aveces creo que si es posible escuchar musica que me haga estar en contacto con lo nuevo que pasa, com mi epoca y salir dela cueva de platon

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  2. Basado en esto soy un completo desastre y la cantidad de contradicciones presentes es algo perturbador sinceramente... Debo admitir que me causó bastante gracia.

    Los seres humanos somos demasiado complejos como para encajar en cualquier estudio, por lo general a raíz de éstos algo se acerca, pero (con respeto) no creo en estos planteamientos mas allá de lo que es obvio a simple vista.

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