domingo, 16 de enero de 2011

Dos poemas de Nietzsche a Lou von Salomé (y una explicación de ella)



Lou von Salomé conoció a Nietzsche cuando ella tenía veintiún años y él treinta y ocho. Nietzsche quedó profundamente impresionado por su belleza pero sobre todo por su inteligencia, de la que Paul Rée ya le había dado noticia. Desde un inicio quiso hacerla partícipe de su filosofía y también, por qué no, de su "afecto". Era abril de 1882 y estaban en Roma. Según lo que ella cuenta, al saludarse por primera vez él le dijo con solemnidad: "¿Desde qué estrella hemos caído para venir a encontrarnos aquí?", a lo que ella replicó con gracia que, al menos ella, venía de Zurich. Lejos estaba de suponer que Nietzsche le propondría matrimonio unos días después por intermedio de Rée, ni tampoco cuánto complicaría el plan que ella y Rée ya tenían para convivir juntos en una especie de monacato intelectual al que Nietzsche quería sumarse. En junio de ese año, éste le envió el primer volumen de Humano, demasiado humano, prometiéndole dedicárselo pronto. Eso ocurrió dos meses después, en agosto, cuando se encontraron en Tautenburg. Nietzsche escribió en la anteportada del libro un poema cargado del ideal de "espíritu libre" que cruza toda esa obra y que él creía compartir con ella aun más que con Rée. Esta dedicatoria dice:

Verano de 1876

¿Imposible volver atrás? ¿Y tampoco subir?
¿Ni siquiera para la gamuza hay camino?

Así espero aquí y apreso con firmeza,
lo que ojos y manos me dejan apresar:

Cinco pies de tierra en torno, la aurora,
y debajo de mí - el mundo, el hombre y la muerte

F. N.

A mi querida Lou. - Verano de 1882 *

1876 es el año de la ruptura con Wagner. Éste le había enviado a Nietzsche su Parsifal, mientras que él le había enviado a su vez, precisamente, el primer volumen de Humano, demasiado humano. Según lo que cuenta Nietzsche, con ese intercambio ya estaba todo demasiado claro para ambos -aunque Wagner quedó perplejo por la separación- y no volverían a encontrarse. El filósofo, sin embargo, que para entonces ya se asumía plenamente como tal, buscaba, no volver atrás, pero sí un modo de "subir" distinto al wagneriano o al schopenhaueriano. Este poema expresa esa condición suya, en lo que ha dado en llamarse su período intermedio o "positivista". Por eso mismo se concibe como filósofo, pues se dedicaba a "apresar" lo que podía hacer valioso y superior al hombre, partiendo de lo humano mismo, de lo que acaece, de la fidelidad con la tierra. Como bien lo advirtió Lou en su brillante estudio sobre Nietzsche**, éste presentía (sólo presentía), como en la aurora, la luz de mediodía que le habría de llegar bajo la forma de sus conceptos fundamentales: nihilismo activo, ultrahombre, eterno retorno de lo igual y voluntad de poder.

Es con la Gaya ciencia que va apareciéndosele esa "nueva tierra" por la que le gustaba identificarse con Cristobal Colón (con el añadido de haber residido en Génova durante un tiempo, justo antes de marchar a Roma y conocer a Lou en la Basílica de san Pedro). Esta dedicatoria no está escrita en el mismo libro, sino que es una hoja suelta insertada en el ejemplar que le obsequió a Lou. La dedicatoria es como sigue:

primeros de noviembre de 1882

Amiga mía -dijo Colón- ¡no te fíes
de ningún genovés más!
¡Siempre mira él fijamente el azul,
la lejanía lo arrastra demasiado fuerte!

A quien ama, le gusta atraerlo
hacia la amplitud del espacio y del tiempo - -
Sobre nosotros brillan estrellas sobre estrellas,
En torno a nosotros brama la eternidad.

A mi querida Lou

F. Nietzsche ***

En uno de los apéndices de este libro, las Canciones del príncipe Vogelfrei, escribe una variante bajo el título "Hacia nuevos mares", y otra versión más amplia aparece en los Fragmentos póstumos (NF III, 1884, 28[63]) con el título "Yorick-Colón". La misma Lou (que por lo demás es la mejor intérprete de las cartas que le mandó Nietzsche) escribió sobre este poema:

Cuando Nietzsche terminó su Gaya ciencia, en el año 1882, esa India suya interior se había convertido en una certeza: creyó haber arribado a las costas de un mundo extranjero, aún sin nombre y magnífico, del que ninguna otra cosa se conocía aparte de que debía hallarse más allá de todo aquello contra lo que el pensamiento podía arremeter, de todo aquello que el pensamiento podía destruir. Un ancho mar, aparentemente sin orillas, entre él y toda posibilidad de una nueva crítica mediante conceptos: más allá de toda crítica, allí pensaba que había hollado tierra firme.

(...) Pero se equivocaba con respecto a la absoluta novedad y lejanía de aquella tierra; se trata del error inverso al de Colón, que, buscando lo antiguo, encontró lo nuevo. Y es que, de hecho, sin saberlo y después de haber navegado dando la vuelta al mundo, Nietzsche regresó por el lado opuesto precisamente a la costa de la misma tierra de la que había partido y que creía haber dejado atrás para siempre cuando se distanció de la metafísica. ****

Eso explica, según ella, por qué a Nietzsche le resultó tan fácil pasar de su período positivista a su metafísica última, sin que haya una ruptura como la que hubo en él cuando se separó de Wagner, y aunque no se trate de la misma metafísica que había denunciado, como aclarará después. Es en ese particular proceso de la filosofía nietzscheana que apareció en su vida Louise von Salomé. Y fue ese mismo proceso, al que Nietzsche estaba tan devotamente dedicado, el que los separó más allá de los entusiasmos exagerados del filósofo por casarse con ella. En el diario que Lou escribió durante la semana que estuvo con Nietzsche en Tautenburg, reportándose a Rée le decía: "Nietzsche todavía se comporta con la meta de su conocimiento tal como el creyente con su dios o el metafísico con su esencia metafísica, y pone tanto su cabeza como la fuerza de su carácter a su servicio". Ella, en cambio, apreciaba de Rée justamente lo contrario: la indiferencia de aquél que conoce con la debida distancia, sin colocar todo su ser en su objeto de conocimiento, y juzgaba por lo mismo que la supuesta fuerza y firmeza intelectual de Nietzsche no era tal, sino precisamente lo contrario.

León herido de Lucerna, del escultor Thorwaldsen, a los pies del cual Nietzsche le pidió matrimonio por segunda vez a Lou von Salomé, poco antes de tomarse ambos junto a Rée la célebre fotografía que Nietzsche insistió en tomarse como sello de su amistad y planes para vivir juntos en París.

Aunque Lou afirmó en alguna ocasión (según su albacea, Ernst Pfeiffer) que bien podía prescindir de Nietzsche en su vida, es no menos cierto que no dejó nunca de admirarlo. "Nietzsche es, con seguridad, uno de los hombres más ricos, inquietantes y misteriosos que jamás han existido", escribió en una nota. Por el lado de Nietzsche, hay quienes sostienen una decisiva influencia de los acontecimientos con Lou y Rée en la obra que surgiría luego de la ruptura: Así habló Zarathustra. Y, en lo personal, es probable que mantuviese su gratitud y aprecio hacia la joven rusa que en Montesacro, según testimonio propio, le brindó el sueño más hermoso de su vida.





* Nietzsche, Friedrich, Correspondencia IV, trad. de Marco Parmeggiani, Madrid: Trotta, 2010, p. 252, carta 289.
** Cf. Andreas-Salomé, Lou, Friedrich Nietzsche en sus obras (1894), Barcelona: Minúscula, 2005.
*** Nietzsche, F., op. cit., p. 273, carta 321.
**** Andreas-Salomé, L., op. cit., pp. 193-194.

6 comentarios:

  1. saludos!

    schopenhauer y wagner hablaron del arte como redencion. a que nos referimos el arte como redencion?

    gracias.

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  2. Es un vasto tema, pero, en grandes líneas, se refieren a dos cosas distintas:
    Schopenhauer a aquello que más nos acerca (o que nos une, en el caso de la música) con la Voluntad toda de la que nuestra voluntad individual se ha separado. La experiencia del mundo es para él dolorosa y el arte la hace más soportable que nada. A pesar de ello lo central en Schopenhauer no es el arte sino la moral de asceta que denuncia N.
    Wagner, que no es un filósofo, y a pesar de su admiración por Sch., no tiene ese trasfondo metafísico. Para él la redención del arte es histórico-social. Por eso también N. dirá que es un hegeliano. El espíritu (europeo pero sobre todo alemán) debe redimirse y él cree estar en un momento crucial, post-beethoveniano, en el que sólo su concepción de la obra de arte absoluta puede redimir al espíritu alemán. En ese punto es donde N. se distanciará definitivamente de él. N. dirá que lo único que redimió W. fue el aburrimiento de los músicos de orquesta. Espero haberle dado alguna pista útil.
    Saludos.

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  3. ESTIMADO ARTURO

    saludos cordiales:

    he llevado un curso de filosofía en mi universidad, pero algunas ideas nunca me quedaron claras, y quisiera hacerle unas consultas:

    -los existencialistas, en lo estético, buscaron la belleza? que eres la belleza para ellos?
    -se puede hablar de una música existencialista o nihilista? por ejmplo, gyorgio ligety
    -el existencialismo (sartre, camus) es una forma de nihilismo?
    -si el nihilismo es destrucción de toda forma, de todo proyecto, de todo sentido, de toda idea orientadora, quiere decir que se niega incluso el "ser" mismo y el hombre mismo? el hombre puede ser reducido a la nada? me pregunto si el hombre esta hecho para tener un sentido, o solo es una construcción para no sentir la incertidumbre y la nada que seria lo real en el hombre.

    muchas gracias.

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  4. Estimado Anónimo,
    - Los "existencialistas" buscaron modos diversos de expresar la preeminencia de la existencia sobre la esencia, un modo privilegiado es desde luego el arte, fundamentalmente la literatura. No podrían por lo mismo buscar la belleza como una esencia. Exploraron más bien la belleza del discurso y de las representaciones, pero siendo también conscientes de sus límites (algo que es epocal).
    - György Ligeti no era ni existencialista ni nihilista, sino polifónico.
    - El existencialismo de Sartre es un humanismo, por tanto, contrario al nihilismo. El pensamiento de Camus, que no es existencialista, es nihilista en el sentido nietzscheano que, para ambos, es asimismo una superación del nihilismo.
    - Sin duda el nihilismo niega el ser, pues, como dice Nietzsche, sólo es vapor y error. Al hombre mismo, depende de cómo se entienda. Para Nietzsche sí, porque el hombre debe ser superado. Sin embargo el nihilismo nietzscheano sólo significa que el hombre no tiene un sentido dado, no que no pueda hacer sentido, lo que a él le parece un nihilismo reprobable.

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  5. estimado arturo rivas

    cuando lei por primera vez "el hombre que duerme" de george perec, me impresiono tremendamente, me parecio un nihilismo radical. este tipo de nihilismo extremo es el que se puede hallar en camus o nietzsche? de alguna manera el existencialismo extremo no es ya un nihilismo?, el desprenderse del mundo y de sus categorías, esa caída permanente en el anonadamiento, como un devenir imperceptible es cuando el hombre deja de creer, no existe un mañana, dios ha muerto, la perdida imparable de toda forma, la caída de la sustancia. un hombre perdido en la idea del orden del universo, en la idea de la sustancia divina, la idea de la razon

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  6. Desconozco la obra que menciona, pero, tal como la describe, diría que no es el caso de Nietzsche ni de Camus. En ambos el nihilismo no es un dejar de creer ni de crear sentido. Ese abandono desesperado Nietzsche lo ve en el fatalismo ruso y lo critica severamente como una forma más de dogmatismo metafísico. Es el nihilismo pasivo de los últimos hombres que sólo se lamentan de no tener sus viejos dogmas. Nietzsche apuesta por un nihilismo activo. En Camus sucede algo similar respecto a la noción de absurdo.

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